Que hagas lo que hagas y digas lo que digas siempre habrá alguien en desacuerdo (y en desacuerdo incluye una gama de posiciones que recorren la paleta de colores del humor humano que van desde la persona que dice algo así como “discrepo pero entiendo que tiene usted derecho a decir lo que dice”, hasta el otro que no dice nada y con un rugido se lanza sobre tu cuello para que retires lo que has dicho mientras el oleaje de su bilis se le escapa por la comisura de los labios)es tan obvio que resulta un tanto ingenuo comenzar un artículo con tal afirmación. Platón lo dijo de otro modo en unos tiempos en los que todavía habías personas que se quedaron boquiabiertas con la afirmación. Y sin embargo, en esta era postmoderna en la que todos tenemos una opinión y partimos de la idea ya asumida de que muchas personas no estarán de acuerdo con nosotros… ¿Por qué siguen siendo tan terribles y lacerantes las opiniones opuestas de alguien a quién podemos apreciar? En mis cuatro años de blog he tenido algunas experiencias al respecto.
Cierto posts sobre un encuentro sexual real o inventado me hizo reflexionar sobre el tema. Una amiga le comentó a otra amiga que yo estaba escribiendo “cosas muy íntimas”, que tal vez debía cortarme un poco. Todo esto lo supe por la amiga a la que le explicaban esto, la lectora que discrepaba no llegó a decirme nada sobre el asunto, las sonrisas no le fallaron nunca conmigo pero sin yo saberlo, bajo capas de mascarada puramente social, su sentido puritano y judeocristiano le hacía verme como un incipiente aventajado del Marqués de Sade. Había descrito ciertos asuntos sobre mí que nadie más que yo o el sexólogo deberían saber nunca. Pero… ¿Realmente explicaba algo escandaloso?
Depende de adónde dirijamos nuestros pasos virtuales. Depende de nuestra opinión de lo que es escandaloso. El escándalo es tan relativo que explorarlo es como hundirse en arenas movedizas. Es difícil tratar temas dónde tener o no tener razón se limita a tener una moral o tener otra*. La web está llena de blogs dónde con o sin aviso te introduces en posturas, fotografías y relatos que andan verdaderamente calientes y de personas que parecen masturbarse vía blog y de cara al mundo. Las palabras y en ocasiones la jerga utilizada superan la mía hasta el punto que en una escala del uno al diez dónde “escandaloso nivel uno” sería hablar mal de Rajoy y “nivel diez” aplaudir la pederastia, el maltrato a las mujeres o escribir artículos sobre la necesidad de practicar la necrofilia como fuente de salud… yo debía aprobar con un cinco justo, al borde de lo demasiado correcto mientras que el resto tenían el pudor en Galaxias lejanas y todavía no descubiertas por el hombre. Yo sólo hablaba sobre una tarde-noche de pareja con un par de polvos que incluían sexo oral mutuo entre hombre y mujer, postura del misionero y una eyaculación explicada mediante metáforas eróticas que sorteaban cualquier posible y no deseado (en ese momento) guiño a la pornografía. También un acto sodomita heterosexual. Evidentemente no se incluía la palabra pene y sí “polla” que, hoy por hoy, es casi un término de manual que apenas produce risas y codazos en los colegios de primaria. En según qué relatos como el erótico, usar un término como pene le hubiese restado tensión a la acción y es precisamente eso, en la tensión, en lo que se basa la sexualidad humana.
Pero la chica estaba escandalizada. Algo no funcionaba. Ella tenía una idea de mí y yo no resultaba ser ese personaje de comic que nos imaginamos que es una persona de la que “imaginamos cosas”. Yo era un personaje que se saltaba el guión y hablaba con su autor (en este caso ella) y tenía independencia de pensamiento y escribía sobre sexo que podía ser cierto o no cierto, real o inventado, era mi blog. ¿Daría por ciertos esos otros artículos dónde irónicamente digo que mis vecinos morirán algún día en mis manos si siguen tocándome las narices como lo hacen? Y ya puestos… ¿Entenderá que tocar las narices no significa que literalmente baje ninguna de esas personas a tocar el apéndice por el que respiro? ¿Me verá como un pervertido por escribir algo que ella misma debe estar haciendo salvo uno o dos detalles con su pareja?
* En la “Genealogía de la moral” de Nieztsche hay interesantes teorías sobre cómo creamos en nosotros este cuerpo de ideas sobre lo que está bien y lo que está mal, etc.
continuará...
Entiendo que en el tema blog, realidad y ficción, se rozan sin parar. No comprendo que alguien se escandalice por algo así, a mí me me resulta divertido. A cada cosa por su nombre, joder ;)
ResponderEliminarSaludos, David.
Suele suceder que asociemos equivocadamente textos y autores. A mí me ocurrió cuando no usaba esta plataforma y visitaba con poca frecuencia algunos blogs.
ResponderEliminarEstamos demasiado sujetos a los prejuicios.
En cuando a tus textos escandalosos, estoy totalmente de acuerdo con esa mujer. Pero en el sentido de que son escandalosamente buenos.
En serio, desde que te vengo leyendo todos absolutamente me han gustado y disfruto con ellos. Tienes el talento de narrar y describir.
Y creo que fue por verano cuando Houllebecq hablaba de sus experiencias porno. Jajaja.
Cada uno escribe lo que le da la gana, de lo que le da la gana y como le da la gana. De nuevo, mi admiración.
_Y yo no peloteo. Digo lo que me parece y siento_
Por cierto, que lío de Davides...
Respeto todo cuanto dice pero no lo comparto, refiriendome no a este blog sino porque soy más Kafkiano que de Nietztsche. Trefiero a Jung más que a Froid.
ResponderEliminarPrefiero la ficcion a la realidad.
Un texto supremo.
Saludos ETERNOS.
En un relato erótico el uso de determinadas palabras no es baladí. Si hoy leemos los "Cuentos ingenuos" de Felipe Trigo, que en su tiempo escandalizaron a tantos, nos produciría hasta ternura. Dependiendo de la escena que queramos describir y también del efecto que queramos producir en el lector, no podríamos prescindir de palabras groseras porque perdería el relato la crudeza, la intensidad de la acción. No obstante, siempre se puede ser elegante a la par que excitante. No son términos contrapuestos. Pero si queremos literariamente sobrepasar el límite de lo sutil es necesaria la utilización de términos más explícitos. Quien se escandalice es que no ha pensado literariamente.
ResponderEliminarTío, cuando puedas revisa tu móvil, que últimamente estás desaparecido.
ResponderEliminarSaludos!
Yo como siempre ando cazando moscas y estas se me escapan sin poder remediarlo...sere la ultima k se entera k ese texto es el k creo k es(k por cierto PEDAZO DE TEXTO PRECIOSO...creo k ya lo dije en su momento si es el k creo k es y si no corramos un "estupido" velo)...a lo k vamos...Kien es nadie para decir a nadie lo k debe o no escribir...creo k nos confundimos...si algo no te gusta...no lo leas...y si algo te asusta...mejor k analices pork ,no?
ResponderEliminarA mi me gusta lo k leo aki y lo k leia por alli(y ya lo dejo k me estoy haciendo un lio descomunal)...jejjeje.
Chau :)