sábado, 6 de febrero de 2010

El ave Fenix puede ser macho (si se lo propone)


Ahora que he decidido no apoyarme en píldoras espero desnudo de corazas que los golpes vayan llegando. La vida que he llevado me va pasando sus facturas. Tengo el buzón cargado de pecados por resolver. Pero no hay más remedio que enfrentarlos. Esta vez no puedo doblar la esquina y esquivar los cobradores de tanto desacierto. Desde que sé que mi suicidio no es posible (más por falta de huevos que de ganas) no puedo más que torear con la oposición que me espera en el ruedo laboral. Torear yo, el antitaurino. Pero lo prefiero a ser toreado.

Estoy sólo frente a los peligros pero ni más ni menos que cualquier otro-a.

Siempre me he roto más por las costuras del alma que por las de la carne. Pero ahora no soy un “Tratar con cuidado”. Cuando has estado en el infierno hasta una mañana con la odontóloga te parece el paraíso.

No sé si tengo el espíritu más duro que la cara pero se me ha cicatrizado casi todo lo que no se ve.

He nacido hace un par de meses y ya se caminar sin la ayuda de nadie. Espero no regresar a la invalidez porque no la echo de menos y los llorones son cargantes.

Estaría mejor si me fiase de alguien pero hoy por hoy no hago tratos ni conmigo ni con mi sombra.

Lo pensó Oscar Wilde cuando salió de la cárcel y lo escribió un senador americano: “el juicio se alcanza con la experiencia y el juicio supremo con las peores”.

Me esperan los horarios determinados por otras personas. Es lo que tiene darte de alta por no seguir fomentando el bajón y como le escribí acierto amigo, la tristeza. No subvenciono voluntariamente los malos rollos.

Pero bueno, allá los jefes que se dejen llevar por el maquillaje de la madurez recién adquirida y las apariencias de mi buen talante casi presidencial.

Yo sigo llevándome por la ley natural de los animales: si me agobian muerdo.

7 comentarios:

  1. Me atrevería a decir que, después de leerte, es casi imposible que vuelvas a la invalidez. Cuando siento que las piernas me flaquean hago uso de esos mordiscos porque son necesarios para sobrevivir. Lo malo es cuando uno/a se equivoca y se mastica a sí mismo... y, a pesar de todo, aprende a vivir a través del dolor.

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  2. Ni redes ni colchonetas. A riesgo pleno.
    Y sin lastres del pasado, más como hoy están las cosas.
    Besos David. Eres un asqueroso valiente.

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  3. Tu sitio es muy agradable de leer,tus letras y las imagenes muy buenas,me encanta venir por aqui,seguire pasando,mucha luz y hasta pronto.

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  4. Animo David!!Nada es tan malo como para sufrirlo eternamente.
    Un abrazo
    :)

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  5. Me quedo con la última frase... madre la de dentelladas que he soltado...

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  6. No quisiera tenerte de subalterno...

    Renacer de tus cenizas como el Ave Fénix es buena táctica, pero no vayas tan prevenido.

    Un beso multicolor sin mordisco

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