lunes, 29 de marzo de 2010

Maldades cotidianas III


Nos solíamos comentar este tipo de asuntos a la hora de la merienda o por la noche, cuando su trabajo en cabina había terminado y el mío sólo era vigilar un poco el cine.

Le interesaba hablar sobre ella, sobre el rollo que durante meses tenía con una compañera del trabajo. Él me caía bien, ella me caía bien pero la relación entre ellos… No era el tipo de problema que yo pudiera solucionar.

- La chupa muy bien- me decía con cierto orgullo de niñato mi amigo- Pero preferiría que nadie supiera lo nuestro aquí.

- ¿Por qué?

- No es mi novia. Es un rollo y ya está. Le he dicho que si se enteran de que estamos juntos… La dejo.

- ¿Y ella acepta?

- Claro, es lo que hay… Yo no voy a tener otra cosa con ella.

Cuando decía esas cosas no le podía mirar directamente a los ojos. Me concentraba en la cebolla del Frankfurt que se solía pedir. Por concentrarme en algo.

Recordaba algunas conversaciones con ella. Cuando me preguntaba que qué hablaba con J., que qué decía él de ella… Era difícil afrontar la situación. Porque a ella no tenía manera de darle una buena noticia. Ni siquiera maquillando lo que decía J.. Estaba claro que él la valoraba por algo que a ella no le gustaba ser valorada. O sí. Pero no exclusivamente.

Pero mi compañero lo tenía claro. Una cita clandestina con ella cada semana o cada quince días. En su coche. Al final del trabajo. Y luego nada de quedar fuera de eso.

Él era sexualmente introspectivo, sólo pensaba en sus orgasmos. Ella me contaba que no tenía ninguno con él. Pero decían que sólo porque era un rollo…

Y él me seguía pidiendo consejos. “¿Debo mentirle? ¿Decirle que la quiero? Últimamente no quiere venir conmigo. Pues parece que me lo está poniendo difícil…”

Y ella dejó de pedirme consejos. “Que le den. Es un cerdo. No me respeta. Menudo cabrón. Tengo ganas de decírselo a la cara…”

Recuerdo que en los últimos tiempos ya no sabía qué consejo darle a J.

Ella y yo teníamos una relación.

A veces me gustaría ser mejor amigo de mis amigos.

12 comentarios:

  1. fulll, excelente relato. muy reflexivo.
    un abrazo

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  2. ¡La foto! Eres un cabronazo, jaja.
    Con cariño, que este comentario sí es mío.
    jaja. Tus maldades tienen un acabado delicioso.

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  3. Pues ya puedes ser amigo de tu gran amigo.

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  4. Mmmmm creo que o bien estoy algo aturdida aun con el cambio horario o no entedi lo ultimo...que tenias una relacion?Que tipo de relacion?
    Disculpa mi colapso mental,todos los años me afecta bastante que me quiten una hora de sueño pero este año especialmente mucho mas...
    :)
    Bueno cuando me contestes a mi duda volvere a releerme el post...seguro k asi lo entendere mejor y te volvere a comentar
    besos

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  5. Lissi: Yo tenía una relación con la chica con la que estaba liado mi amigo.
    Urbanoyhumano: Adivina cual de los dos perros soy yo.

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  6. bajosinstintos: Mejor soy pareja de ella que amigo de él. Me resulta más eestimulante.

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  7. Donde tengas la olla...

    Muy bueno.

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  8. Pues lo has hecho muy bien, y además está claro. A lo mejor tendrías que haber titulado este post de otra manera. "La vida y tal", por ejemplo. En cualquier caso me ha gustado sorprenderme con el final porque no me lo esperaba.

    Besos, David.

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  9. Excelente y fino homenaje al 'menáge à trois' y el 'vouyerismo' (en este caso, auditivo) ... Muy bien escrito y desarrollado. Me recordó "Les liaisons dangereuses", aunque en la actualidad. La música del blog, muy buena. Disfruté de mi vista. Me quedo siguiéndote. Abrazos.

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  10. Oye tu blog tiene musica????(joder estoy sorda...o eso era una metafora k no entendi??)
    ...((Por Tutatis k he de doblar la dosis de mis pastillas!!:P))

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  11. Jaja! Muy original la historia!!
    Al final tu "amiga" era la que tomaba la última decisión y tu amigo pensaba que era él el que controlaba la situación. No te sientas mal por acabar con ella, al final cada uno recoge lo que siembra...
    Un saludo

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