viernes, 12 de febrero de 2010

Sexo oral


Estaba tan cansado que fui capaz de dormirme con la luz encendida en una cama ajena, con mi compañera despierta, con el hilo de música de un cantante y guitarrista que murió ahogado en el 98 sonando en un programa que emitía el transistor.

Durante unos cinco o diez minutos, ella estaba más ocupada repasando sus apuntes de odontología que mi sueño, caí en picado en una minipesadilla dónde me urgaban los dientes con una maquinilla que me destrozaba la lengua, exactamente igual que en una película de serie Z o peor titulada “El dentista”. Mi pesadilla desafiaba a la SGAE y sin pagar derechos de autor “ripeaba” y trasladaba las imágenes de uan película que ví hace poco en el Buzz hasta mi mundo onírico postcoital. Para no incurrir en unplagio extremo cambié el dentista asesino por el rostro de la mujer con la que acababa de practicar sexo.

Mi odontóloga era novata. Yo pagaba menos por dejarme trastear caries y cálculos en las encías. Pero al final menos es más. Una limpieza de boca me costaba poco dinero pero al menos ocho o diez horas de horror sobre un sillón reclinado. Algunos empastes ocupaban espacios de tiempo igualmente kilométricos. Me estaba dejando la vida en la universidad odontológica de Barcelona. Pero algo me estaba llevando a cambio. Todas esas horas en las que trasladé la elocuencia de los labios a las de mis ojos miopes no sé muy bien cómo ni en qué momento, las risas que le proporcionaba a ella derivaron en sexo sobre su cama a unas horas de la madrugada sólo para mayores de dieciocho en España y de veintiuno en Argentina. Nunca imaginé que terminaríamos así ni en el momento más íntimo de nuestra relación, la primera vez que ella me pulía los vesiales y vestivulares y se acercó tanto a mí que su aliento cálido pasaba de la mascarilla hasta descansar en mi frente y sus ojos al revés se cruzaban con los míos (un poco horrorizados en las primeras sesiones, la verdad).

Al principio me costó romper la barrera del pudor con los besos. Mi boca en la suya me hacía pensar en el índice de placa que no conseguía reducir a mínimos aceptables. ¿Pensaría ella lo mismo? ¿Cómo podía encontrar placer en una boca con la que trabajaba y había encontrado un caso clínico al que fotografiaba y con el que se entretenía y trabajaba sin prisas de alumno preguntón y muy “llamo todo el tiempo a la profesora porque no sé qué hacer con tanta sangre en las encías de este hombre”? ¿Cómo podía disfrutar de mi mayor imperfección?

No sé qué clase de perversión la había hecho aceptarme por mi boca o a su pesar.

- ¿Puedo fumar?- me preguntó.

- Soy un lugar turístico para la agresividad femenina. Unas me arañan, otras me abofetean y alguna me rompe el corazón. ¿Por qué no te voy a dejar joderme los pulmones?

- Prefiero joderte la boca- risas, en mi caso algo nerviosas- ¿Y qué les haces a las mujeres para que te traten como un saco de boxeo?

- No es por lo que les hago, suele ser por lo que no les hago.

- A mí me has hecho bastantes cosas. ¿No te lavas la boca?

- He olvidado el cepillo de dientes pero creo que llevo un interdental verde en el bolsillo de mi chaqueta. Si me lo alcanzas… Es que a mí tanto polvo después de tanta sequía me ha dejado hecho… ídem.

- Era broma, imbécil. Les decimos a los pacientes que se tomen todas esas molestias con la boca porque sabemos que si no exageramos ellos se duermen y no se cuidan nada. ¿Te quieres quedar a dormir?

- Si, no, bueno... Estoy muy cansado pero duermo muy mal en otras camas.

- Excusas no os faltan.

- Yo lo digo en serio pero si no me despiertas pronto mañana me quedo contigo. ¿Qué tal le va a la placa chupar…?

- Si te quedas tendrás un feliz despertar.

- ¿Cómo de feliz?

- Ya lo verás.

- Bueno… Pero me preocupa lo de la placa. Si chupas…

- Duérmete y cállate. Me voy a fumar al balcón.

- Hace frío.

- Pues cuando vuelva me calentarás. ¿Qué tal se te da dormir con cadáveres fríos?

Tenía un humor siniestro la odontóloga.

Desde el balcón me preguntó que en qué estaba soñando cuando grité y desperté minutos antes. Pensé en decirle que en ella destrozándome la boca pero no parecía la mejor manera de empezar una relación o de terminarla si se daba el caso. Me quedaban un empaste y cuatro extracciones. Todo el juicio que puede haber en mi cuerpo se me irá con esas cuatro muelas que son como el Bonus Track de mi boca que nadie ha pedido.

- Pensaba en ti. En nuestro… primer beso.

Las verdades ofensivas para después del tratamiento. Por cautela, por si era verdad lo de joderme la boca.

Era mejor amante que dentista.

10 comentarios:

  1. No puedo decir otra cosa que me ha encantado. Aunque, joder, es muy html pero esto son paranoias mías, no te preocupes.

    PD, creo que has cambiado el tipo de fuente, o no sé, el caso es que casi me quedo ciega porque se me juntaban las letras, pero quizá también sea otra locura de las mías ;)

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  2. Creo que tienes razón con lo de las letras. No ha sido voluntario. Voy a ver la manera de que sea como antes.

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  3. me ha molado... especialmente lo de soñar película de serie z sobre dentista estando con una.

    hace siglos que no voy al dentista, por cierto

    besos

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  4. Harto peligroso lo de jugársela con una odontóloga. Yo estoy más satisfecho con mi neuróloga. Hasta preferiría a una proctóloga antes que someterme a las torturas del taladro y similares.

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  5. Un sexo oral en toda regla.
    Mira, por una vez no me he sentido identificada en tus textos, jajaj.
    Muy bueno.

    -Yo estoy pasando por una fase de terror pero de otro tipo. He dejado de saber escribir. Debe ser que también he padedido un periodo de sequía-

    Un beso.

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  6. Eso de olvidar cómo se escribe parece más pasar por una época de desgana. Yo no he notado nada especial en tu blog.
    Meryone, lo de las películas Z siempre te molará. Soñadas o vistas por televisión. Ahora que pirateo con el Ares no se me ocurre ninguna que me falte pero seguro que si le pusiera imaginación me saldrían muchas de "claro, esa quiero verla, me la bajo".
    Bwana, yo no le chulearía mucho a la neuróloga. Pero también prefiero torturas distintas a la del taladro.

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  7. no deberías tenerme miedo. No soy para tanto

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  8. David. Lógicamente ese último comentario no es mío. A partir de ahora, si sigo en esto porque estoy bastante hastiada, identifirás que soy yo porque publicaré usando mi cuenta wordpress que te remitirá a mi blog.

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  9. Muy bueno, David. Has hecho un gran pasaje del sexo oral al escrito. Te mereces una buena hostia de una buena amante como premio.

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  10. Paso como siempre de visita por tu sitio, ya que es un placer pasear por aquí. Es una delicia leer y sentirse reconfortado con todo lo que expones aquí. A cambio de este disfrute te invito a pasar por peregrino de sabiduria, hay algo nuevo que leer. mucha luz, seguire pasando, hasta pronto...

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